En Occidente, sería en el año 1440 cuándo por fin se le atribuye la invención al Alemán Johannes Gutenberg, el llamado «Padre de la Imprenta» después de una gran controversia por disputarse la gloria de ese título entre alemanes, italianos, franceses y holandeses.
No obstante, ya entre los años 430 y 440 A.C se dice que los Romanos imprimían inscripciones sobre objetos de arcilla y fue posteriormente entre 1041 y 1048 cuándo Bì Shèng, en China, y gracias al papel de arroz, diseñó el primer sistema de imprenta de tipos móviles, en el cuál se tallaban caracteres chinos sueltos dispuestos en fila desde complejas piezas de porcelana.
Johannes Gutenberg (Alemania 1400 – 1468)
Nacido en Maguncia (Alemania), hacia 1400; Johann Gensfleisch zur Laden fue considerado el “Padre de la Imprenta”.
En sus inicios trabajó como orfebre y poco después se trasladaría a Estrasbusrgo donde instaló una empresa de grabados en madera en una vieja fábrica de telas.
Allí empezó a desarrollar la técnica de la Litografía y escribiría sus primeros textos.
A raiz de una apuesta, la máxima de Gutenberg sería demostrar que podía realizar una copia de la Biblia en menos tiempo del que les llevaba hacerlo a los más rápidos monjes copistas y que la calidad sería perfecta.
Para llevar a cabo tan ardua tarea confeccionó los primeros “tipos móviles” de cada una de las letras del abecedario. Al principio contó con la ayuda de un prestamista Rumano y antes de poder acabar el trabajo volvió a quedarse sin dinero. Fue entonces cuando JUAN FUST le propuso formar sociedad dejando al cargo del negocio a su sobrino Peter Svhöffer quien desde ese instante se convertiría en socio-aprendiz de Gutenberg.
Tras dos años el proyecto de la Biblia seguía inacabado y Juan Fust, terminó por no querer alargar los préstamos a Gutenberg y se quedó con la exclusiva del negocio. La Biblia de Gutenberg sería publicada en 1456 en dos tomos de 324 y 319 páginas.
En 1468 Johannes Gutenberg fallecería arruinado.
La Imprenta en España
La imprenta llegó a España con cierto retraso respecto a otros países de Europa, debido a la situación periférica de la Península ibérica y a la escasez de grandes universidades. La primera imprenta se instaló en España en Segovia en el año 1472 a instancias de Juan Arias Dávila, obispo de Segovia, quien para proporcionar obras impresas a los alumnos del Estudio General de Segovia hizo trasladarse a la ciudad al impresor Juan Párix, procedente de Heidelberg (Alemania), casi diecisiete años después de que Johannes Gutenberg sacara a la luz su primer libro impreso, la conocida Biblia de Gutenberg.
Siguiendo el camino iniciado por la imprenta de Segovia, se fueron instalando otras en diferentes ciudades, como Barcelona, Burgos, Salamanca, Sevilla, Valencia, Zamora o Zaragoza, llegando a existir hasta veintiséis diferentes a lo largo del siglo xv.
Está considerado el primer libro incunable español la obra Sinodal de Aguilafuente, escrito en castellano y salido de la imprenta de Párix en Segovia en 1472, que recoge las actas del sínodo que la diócesis de Segovia celebró en el municipio de Aguilafuente en el mes de junio del mismo año. De carácter literario, es considerada la primera el libro Obres o trobes en lahors de la Verge Maria, del impresor Lambert Palmart, que vio la luz en la ciudad de Valencia en 1474, llevada a cabo en valenciano.
Otras piezas salidas de la imprenta inicialmente fueron la bula de Rodrigo de Borja (1473) de la catedral de Segovia, la bula de Guinea (c. 1473) de la catedral de Sevilla o las bulas de doña Isabel de Zuazo (1484) de la iglesia de San Esteban de Cuéllar (Segovia).